jueves, 12 de mayo de 2011

La mano que se siente Vs. La mano que se impone

Hace poco, mientras hacía popó, leía en una revista sobre Sam Haskins, un fotógrafo cuyas imágenes se constituyeron como un ícono de sensualidad y nostalgia de los sesentas. Casi al final del artículo el autor hace una declaración sobre su obra que me confrontó respecto a la actividad creativa de muchos a quienes admiro y a la mía también: "El resultado es una obra multiforme y exquisita en su diversidad, en que la mano del creador se siente, pero no se impone".








Al revisar las fotografías de Haskins me quedó claro que esa frase que puse en cursiva no era la "bolufrase" de un pedante. De verdad se siente que las imágenes importan desde sí, como si las modelos hubieran sido las creadoras y ellas se hubieran tomado la foto con esos matices, posiciones y moderaciones para hacerse sentir tan genuinas en las fotos. En todas pasa lo mismo, es como si la obra decidiera por voluntad propia y no por la del fotógrafo.

Me puse a pensar en esas mentes creativas que me inspiran y sigo, la de Michel Gondry fue la primera que sometí a esta crítica.

Al igual que muchos, me encanta su estilo de niño grande que experimenta. Tremendamente imaginativo. Su mood de sueño es lo más cercano que yo he sentido a los sueños, con mundos de colores y cosas hechas a mano, sus efectos que suceden en la cámara y sus nuevos juegos, admiro que sea un niño que llegó a más de los cuarenta años sin dejar de ser niño, eso, como a muchos, me encanta de Gondry; su genio es encantador y fácil de identificar.

Entonces llega el Avispón Verde y todos dicen que no les gustó porque esperaban algo más "Gondry". Pero siendo fan de este director suceden dos cosas: no puedo ser objetivo y no puedo dejar de notar su toque. Tal vez no vi recursos como los de sus vídeos, pero sí percibí a esa misma mente que los concibió.

Me parece que he estado muy acostumbrado a que un autor sea consistente y persistente con su estilo, eso es, que la mano del creador se demuestre en cada idea que tiene. En los vídeos y películas anteriores de Gondry sucede esto, es tan clara la intervención de su mano, que no podemos dejar de pensar en su genio.

Yo no conozco a Gondry ( aunque estoy a dos personas de distancia de conocerlo), ni conozco la complejidad o la simplicidad de sus motivaciones, así que lo que digo viene de la pura idealización que tengo de este personaje. En el avispón verde sentí que renunció a demostrarnos que su creatividad y su estilo son únicos y muy de él; en lugar de eso tenemos una película donde su mano se siente, pero no se impone. ¿Es su mejor película? No.

Creo que esto de hacer que tu mano se sienta pero no se imponga requiere alcanzar un grado importante de madurez como creativo, independientemente al talento o la experiencia que se tenga en la actividad. Necesita de alguien que prefiera que la gente piense en la obra y no tanto en el genio que la hizo, una persona dispuesta a hacer un ejercicio moral intenso capaz de regular el ego y así trabajar en pro de la idea para nutrirla y permitirle vivir. Un creativo maduro debería preferir esto en vez de buscar que la ideas trabajen para su propia gloria, porque está enamorado de las ideas y no del culto a sí mismo.

2 comentarios:

  1. Me parece que tienes como gran ejemplo a Spike Jonze, que empezó igual que Gondry haciendo videos "locochones" pero que fue madurando a otro ritmo y para mi gusto llegó justo a quitarle su manota de encima a las cosas cuando dirigió adaptation. Ya hemos platicado mucho al respecto y todo este tema es precisamente el porqué de mi antipatía por Gondry. Me gustan muchas de sus cosas pero al mismo tiempo no dejo de sentir que se está regodeando en lo creativote que es y en el cómo le encanta enseñárnoslo. Pos nada mi felipón otra buena reflexión. Dónde está la reseña de videojuegos,fragancias y tacos que toca?

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  2. Me entusiasma que comentes tan elocuentemente de este tema, y aún más que desde hace tanto tuvieras una opinión formada de este. Yo no entendía por qué no te gustaba Gondry, pero ahora que se trataba de inmadurez. Pero bueno, es una parte muy sabrosa de la creatividad: cambiar de opinión.

    La reseña ya viene será un tema muy sencillo, ya casi lo tengo listo.

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